Antecedentes y contexto

En el segundo semestre de 2011 y como respuesta a la oferta de postulación, a la creación de Liceos de Excelencia académica en el país, convocada por el Ministerio de Educación, la Corporación Municipal de Educación de Talagante, encargó al equipo directivo del Liceo Bicentenario de Niñas de Maipú, una definición estratégica inicial, cuyo propósito final debía ser la creación de un marco institucional que diera sentido y racionalidad a las decisiones pedagógicas, curriculares y de gestión de un nuevo Liceo Público para Talagante. Así nació el “Liceo Bicentenario de Excelencia de Talagante”, (RBD 31294 -0 de 29 de febrero de 2012), que se implementó en dependencias de la Escuela Básica N° 101 del Poniente, donde más del 50% de su infraestructura se encontraba ociosa.

Si bien la instalación del nuevo Liceo, en dependencias de una Escuela subutilizada, contó con el beneplácito de la comunidad existente, los problemas no tardaron en llegar. Un reportaje realizado por un periódico digital, encendió las alarmas y llamó la atención de los medios de prensa nacionales. El cuestionamiento apuntaba a la base del modelo de liceos de excelencia: la discriminación de estudiantes por sus méritos académicos.

Al cumplirse el tercer año de funcionamiento y con claros rasgos de una identidad propia, el modelo académico puesto a prueba, mostró resultados sorprendentes e históricos para un Liceo Público. La primera medición SIMCE aplicada al nivel de segundo medio, registró 357 puntos en la prueba de Matemática y 319 puntos en la prueba de lenguaje. Misma situación se observa en la primera generación de egresados el año escolar 2015, en donde los promedios en la PSU superaron los 618 puntos, siendo seleccionado para en las universidades tradicionales el 90% de los egresados. Entre ellos el estudiante Miguel Sepúlveda H., quien obtuvo la máxima puntuación (850 puntos) en la prueba de matemática. A la fecha, los resultados académicos y las mediciones externas aplicadas, tanto a los niveles de octavo básico como segundo medio, se mantienen sobre la media nacional y en el tercio superior.

El año 2015 y en el marco de la invitación del Ministerio de Educación para generar mayores oportunidades a una población escolar mas heterogénea, y haciendo nos eco del principio de la inclusión, son traspasados los estudiantes de los cursos séptimo básico y octavo básico, de la Escuela del Poniente, al Liceo Bicentenario. En esta misma dirección, se solicita al Ministerio de Educación el cambio de denominación de nuestro Liceo, rebautizándolo con el nombre de: “LICEO BICENTENARIO MARÍA SOLEDAD MELENDEZ MOLINA”, destacada maestre Talagantina y Secretaria Ejecutiva de la Corporación Municipal de Educación, entre los años 1986 y 2015.

El camino iniciado el año 2015, se vio fortalecido al año siguiente, en donde fruto de un largo trabajo y diálogo entre las comunidades de los dos centros escolares, se concordó entre las partes y las autoridades ministeriales y municipales, la fusión entre la Escuela Básica N° 101 del Poniente y el Liceo Bicentenario, generándose una comunidad con 22 cursos desde 1° Básico y hasta 4° Año de Enseñanza Media, con una matrícula de 870 estudiantes.

El año 2016, junto con el nombramiento por alta dirección pública, como Director, del profesor Claudio Morales Silva, se reconoce la nueva denominación para el establecimiento con el nombre de “Liceo Bicentenario María Soledad Meléndez Molina” y se autoriza el funcionamiento de todos los niveles de enseñanza, desde 1° Básico a 4° Medio, manteniendo el RBD original del Liceo.

El nuevo proyecto educativo, ha liberalizado las barreras de entrada para sus estudiantes y se plantea como un centro escolar cuyo propósito es responder a la demanda provincial (comunas de Talagante, Peñaflor, El Monte, Isla de Maipo, Padre Hurtado y Calera de Tango) por una educación pública, gratuita y de calidad, que en su proceso formativo entrega las herramientas que le permitan a sus egresados proseguir estudios universitarios.

Cuando hablamos de un Centro Educativo de excelencia académica, lo hacemos pensando, en que efectivamente todos y todas los y las estudiantes tengan las mismas posibilidades de aprender y lograr sus sueños de ser profesionales y con ello lograr construir un proyecto de vida personal y familiar al servicio del desarrollo de su realidad contextual.

Fruto de la experiencia de los primeros años y el diálogo fundacional, del nuevo Liceo Bicentenario, se han concordado cuatro Pilares que sustentaran y dan proyección a este proyecto estratégico:

Pilar 1: Todos y todas los(as) estudiantes pueden ingresar al Liceo y todos(as) pueden aprender, sobre la base de la generación de oportunidades y apoyos cuando se requieran.

Pilar 2: Una buena y sana convivencia escolar, en donde TODOS(AS) se comprometen a respetar las normas que regulan el trabajo de la comunidad, es esencial para alcanzar las metas.

Pilar 3: El profesionalismo, la reflexión pedagógica sistemática y la autonomía de trabajo, de los equipos directivos y de docentes, con responsabilización frente a los resultados, constituye el soporte principal del andamiaje del proyecto educativo.

Pilar 4: El compromiso de la familia y la creencia en que los hijos pueden alcanzar todas las metas que se propongan, involucrándose activamente en la construcción y proyección de la institución, siempre debe ser reforzado en la vida escolar a fin de contribuir a lograr el mejor desarrollo personal y académico de nuestros estudiantes.

Cuando nos proponemos un nuevo liceo con foco en el alto desempeño, no sólo estamos pensando en un establecimiento que entregue la mejor instrucción posible, sino en una institución que ponga en práctica procesos diseñados para asegurar que todas(as) sus estudiantes sean capaces de aprovechar las oportunidades de aprendizaje al máximo. Esto implica que como Liceo nos fijaremos siempre altos objetivos y estándares de desempeño a alcanzar por todos(as) y cada uno(a) de nuestros estudiantes (Barber & Mourshed, 2008).

Nuestra Visión

Creemos que, todos los niños y niñas de la provincia de Talagante pueden y deben acceder a un servicio educativo público  de calidad, sin ningún tipo de discriminación y  que la generación de oportunidades, desde un modelo de excelencia académica, es el camino para romper las desigualdades. Sostenemos que la educación pública de calidad, implica responsabilidades para quienes acceden a ella. Se estudia no solo para satisfacer las necesidades individuales, sino para hacerse cargo del otro, sobre todos de aquel que no ha tenido las mismas oportunidades.

El modelo educativo público, no puede desconocer las actuales tendencias y debe ocuparse de preparar a los jóvenes para reconocer los signos de los tiempos, en donde el cambio es el único elemento que permanece. Por tanto, el sistema público debiera formar competencia para resolver los problemas de una sociedad que sea cuidadosa del medio ambiente; conocedora y respetuosa de los derechos de las personas; responsable de sus tradiciones y patrimonio local; solidaria para hacerse cargo de las necesidades del otro; dominadora de las tecnologías de las comunicaciones y con sólidos valores humanos que por sobre todo antepongan los derechos de las personas.

Nuestra Misión

Ser un liceo público de excelencia académica, que con exigencia y apoyos construye oportunidades para que todos y todas sus estudiantes, puedan libremente optar por su futuro.

Nuestro Lema

"EL hábito de la excelencia"

Nuestro Sello

  • Excelencia académica y altas expectativas.( Exigencia)
  • Respeto y tolerancia para convivir en armonía (Apoyo)
  • Responsabilidad y formación ciudadana.( Colaboración)
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El Liceo María Soledad Meléndez M. se define como un liceo de excelencia y considera que los profundos cambios sociales, culturales y tecnológicos que ha vivido el mundo en sus últimas décadas, obligan a repensar las exigencias que tendrán los y las estudiantes en la sociedad en la cual les corresponderá desempeñarse como profesionales y ciudadanos.

Los nuevos desafíos de la educación tienen que responder a lo que se ha denominado la “sociedad del conocimiento”. Esta educación debe permitir a los y las estudiantes “apreciar el pensamiento actual de su época”.

En nuestra época, el “pensamiento actual” no es una colección de ideas, sino un proceso dinámico que avanza hacia la comprensión y la eficacia en todos sus frentes. Para ello, debemos contemplar la posibilidad de que los y las estudiantes participen de este proceso antes que verlo como simples espectadores.

Nuestro liceo de excelencia, pondrá en práctica procesos diseñados para asegurar que todos y todas sus estudiantes sean capaces de aprovechar al máximo las oportunidades de aprendizaje. En esta dirección promoverá altos niveles de exigencia y, por lo tanto, buscará e implementará todas las estrategias y métodos necesarios para lograr que los estudiantes den lo mejor de sí. De igual manera, los estudiantes dispondrán de todos los apoyo para cumplir este propósito.

Será un liceo laico, que formará buenos y buenas ciudadanos y ciudadanas al abrir los espacios necesarios para la participación de los y las estudiantes en los ámbitos sociales significativos.

Un liceo pluralista donde se aceptarán y reconocerán diferentes formas de comprender el mundo que nos rodea. Con una orientación explícita al respeto de los derechos de las personas y su libertad. Que estará abierto e interactuando con la sociedad global y cambiante y que podrá responder a ella con flexibilidad y creatividad.

Perfil del estudiante del Liceo

  • Autoexigentes con su desempeño académico, personal y social.
  • Autónomos y responsables de sus decisiones personales.
  • Autocríticos respecto a su trabajo y desarrollo académico y personal.
  • Orientados al alto desempeño en todos los ámbitos de su vida: académico, personal y social, con sentido de la
  • rigurosidad y la perseverancia para el logro de sus objetivos.
  • Capaces de trabajar con otros y comprometerse en la consecución de metas colectivas.
  • Creativos para buscar e implementar soluciones pertinentes a problemáticas relevantes que les afecten a ellos o a su comunidad.
  • Con capacidad de liderar procesos en el establecimiento y la comunidad.
  •  Con compromiso social, sensibles a las problemáticas de su establecimiento, su comuna y el país.
  • Con un fuerte sentido de identidad y pertenencia a su establecimiento.
  • Respetuosos consigo mismos y con los demás.
  • Con sentido de la responsabilidad respecto a las decisiones que toman en su vida.